En la Casa Rosada creen, según la información que tienen de Rusia, que la producción se acelerará en febrero y que en el próximo mes podrán contar con un porcentaje importante de las 20 millones de dosis acordadas
“Hacemos lo que podemos con lo que tenemos. Esa es la realidad. Es la historia de la pandemia”. El sincericidio de un funcionario del gobierno nacional expone, en pocas palabras, el sentimiento que atraviesa al oficialismo por estas horas respecto la demora en la llegada de las vacunas rusas Sputnik V. El plan de vacunación tardará más de lo esperado y el motivo es uno solo: no hay vacunas.
Rusia no cumplió con el contrato firmado para proveer de vacunas a la Argentina y esta semana hizo oficial la demora en su producción. Según el compromiso firmado que tenían ambos países, antes de que finalice enero deberían haber llegado a Ezeiza 5 millones de dosis. A un día de que termine el mes el número que arribó es de 880 mil dosis, contando las 300 mil que llegaron en diciembre.
El CEO del Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF), Kirill Dmitriev, fue entrevistado el último martes por la cadena norteamericana CNBC. Allí reconoció las demoras en la fabricación de la vacuna al marcar que “puede haber un delay en una parte de nuestra producción” y sostuvo que “es comprensible que pase porque las vacunas utilizan muchos componentes”. La aceptación de la demora le brindó tranquilidad al Gobierno. Lo desligó de responsabilidades y redujo el costo político de la tardanza.
Pese a la demora, la expectativa del primer gran paso del plan de vacunación se mantiene vigente.El Gobierno espera vacunar a los 14.492.299 de personas, que están dentro de los grupos de riesgo, antes de que finalice abril. El plan B es tener vacunado por los menos a 10 millones. Las expectativas se modificaron en base a las posibilidades de contar con más dosis en el corto plazo. El objetivo parece ser demasiado ambicioso debido a la incertidumbre permanente que reina sobre el envío de vacunas.
Para que la vacunación empiece a tener un impacto más fuerte en la sociedad es necesario aumentar el volumen de vacunados. Eso solo ocurrirá si durante febrero Argentina logra tener, al menos, las 4.780.000 de dosis que quedan pendientes de enero. Si las vacunas llegan a cuentagotas durante el próximo mes, entonces el plan de vacunación volverá alterarse y las expectativas se derrumbarán.
Hasta mediados de marzo el Gobierno dependerá exclusivamente de la producción del Instituto Gamaleya. Recién en ese mes comenzarían a ingresar las dosis de Astrazecana. Lo pautado para marzo son 1.091.000 dosis. La mayor cantidad de los 20 millones de dosis que están en el acuerdo con el laboratorio recién llegarán al país entre abril y julio