River empezó a salir campeón la noche en la que Atlético Mineiro lo pasó por encima en Belo Horizonte, le ganó 3 a 0 y lo sacó de la Copa Libertadores en octavos de final. Con el panorama despejado de compromisos internacionales, Marcelo Gallardo calibró su mirada y le apuntó al campeonato local: River no ganaba uno desde 2014 y esa era la única asignatura pendiente de un histórico ciclo.
La consagración llegó en la noche de este jueves. Con cuatro fechas de anticipación y una ventaja acaso impensada cuando se tomó la punta en la 14ª fecha, después de ganarle el superclásico a Boca por 2 a 1. Que en apenas ocho fechas se haya distanciado tanto de sus rivales habla más de la mediocridad de la competencia en si que de los reales méritos de un equipo bueno, pero que de ninguna manera parece destinado a hacer historia.