El fiscal Carlos Stornelli tuvo su renunciamiento histórico o su día de acting. Se presentó para decir que ya no quiere ser el fiscal de (parte de) la megacausa de espionaje que tramita en Lomas de Zamora y que aún está por verse si no se muda a los tribunales de Comodoro Py. Stornelli dijo que no puede actuar por razones de “decoro” en el legajo vinculado al espionaje penitenciario porque él es querellante en la causa conocida como “Operativo Puf”, que es básicamente un armado en base a las escuchas ilegales a los presos kirchneristas para torpedear desde los inicios la investigación de espionaje del juzgado federal de Dolores.
El fiscal se presentó sin que nadie se lo pidiera para decir que no va a poder intervenir en el legajo 9 de la causa de Lomas, que involucra el espionaje penitenciario. Lo hizo ante la jueza María Eugenia Capuchetti, que, a priori, debería tramitar la causa si pasara a Comodoro Py. La jueza le mandó el planteo de Stornelli al presidente de la Sala IV de la Casación Federal, Mariano Borinsky, que le contestó que lo tramitara en el juzgado. Todo era desconcierto en Comodoro Py frente al escrito de cuatro páginas del fiscal. El argumento es que él es querellante en la causa del “Operativo Puf”, pero no dice nada de su calidad de procesado en Dolores.
“Más allá de no verse afectado en absoluto mi ánimo actual o mi capacidad de cumplir con mi rol en estos autos amerita que por razones de delicadeza y decoro, y — para evitar cualquier posible tacha– por supuesto infundada –de subjetividad o tendencia en mis actos dentro del proceso, dejo desde ya planteada mi excusación”, escribió Stornelli, que todo el año pasó pujó por traer la causa de Lomas a Comodoro Py.
Stornelli se ataja con este planteo a lo que era una recusación segura –y en su propio bastión de Comodoro Py– por múltiples actores. A su situación endeble, se le suma también que uno de sus hijos trabajó en la AFI en 2016. También busca poner en agenda el llamado «Operativo Puf», que es una causa que surgió en febrero de 2019 a partir de escuchas que supuestamente recibieron Elisa Carrió y Stornelli y que fueron usadas para sembrar dudas sobre los inicios del D’Alessiogate. El año pasado, el juez federal Marcelo Martínez de Giorgi dijo que no había delito y pidió cerrar la causa.
El tema volvió a reflotar el viernes pasado, cuando el juez de Lomas de Zamora Juan Pablo Augé dictó 38 procesamientos en la causa de espionaje. Allí dio por probado que las escuchas que ilegalmente hacía la Dirección Administrativa de Asuntos Jurídicos (DAAJ) de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) en el penal de Ezeiza terminaron en manos de Carrió y de Stornelli para darle origen a la causa de la que supo hacerse el juez Claudio Bonadio. Más allá de su rol como «querellante» y «víctima» en una causa que ya pidieron cerrar, Stornelli aparece mencionado en una causa que está en pleno trámite.
Lo concreto es que Stornelli está procesado en la causa de espionaje que tramita en Dolores. Pese a que la Cámara Federal de Mar del Plata alivió su situación, ese tribunal confirmó el procesamiento que dictó el juez federal Alejo Ramos Padilla en dos hechos: la cámara oculta que quiso hacerle Stornelli al abogado José Manuel Ubeira y la «cama» que quiso hacerle al exmarido de su actual pareja, Jorge Castañón. Todo esto con los invaluables servicios de Marcelo Sebastián D’Alessio. Además, Ramos Padilla le amplió el procesamiento por los aprietes que habría sufrido Pablo Barreiro para involucrar a Cristina Fernández de Kirchner en la causa de los cuadernos.
El planteo de Stornelli tiene ribetes absurdos porque la causa en la que se excusa ni siquiera está en Comodoro Py. El expediente continúa su trámite en Lomas de Zamora hasta en tanto quede firme la decisión de la mayoría de la Sala IV de la Casación Federal de enviar el caso a los tribunales de Comodoro Py. El plazo para apelar vence el 4 de marzo. Ya lo hizo CFK, que fue quien logró frenar el traspaso a Retiro, y también se presentaron, pero en sentido contrario el fiscal ante la Casación Raúl Pleé y el secretario privado de Mauricio Macri, Darío Nieto.
La causa no sólo tiene un fiscal a cargo en Lomas, sino dos: Cecilia Incardona y Santiago Eyherabide, que son quienes tienen delegada la instrucción. Además, tanto la Cámara Federal porteña como la Casación Federal se pronunciaron a favor de no desmembrar la causa, siempre en favor de Comodoro Py. Pero, aun en ese escenario, Stornelli no podría ser el fiscal del tramo del espionaje en el Instituto Patria y de los Súper Mario Bros, pero no el del espionaje penitenciario.
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