Los dos vuelos que regresarán a Ezeiza este jueves traerán alrededor de 1.500.000 vacunas más, con lo que el total de dosis llegadas a la Argentina estará por encima de los 7 millones. Es una carrera contra el tiempo ante el salto en la cantidad de contagios, porque la necesidad de dosis es cada vez más acuciante. La versión que circula en el aeropuerto de Sheremetyevo es que la partida que llega en el nuevo vuelo desde Moscú será superior a la anterior –fueron 300 mil vacunas–, pero eso se sabrá cuando se termine de cargar el Airbus. Por otro lado, también este jueves llega un segundo avión de Aerolíneas Argentinas, proveniente de Pekín, con cerca de un millón de Sinopharm. O sea que, entre los dos vuelos, se totalizarían 1.500.000 dosis. En la Casa Rosada afirman que habría otro vuelo a Moscú antes del lunes próximo. Incluso se menciona que la aeronave volverá a partir en la madrugada del viernes, lo que marcaría un récord de cinco vuelos a Moscú en los últimos once días.
Al menos por ahora, las cosas están mejorando en el flujo de las Sputnik V, vacuna que no sólo quedó instalada como una vacuna de calidad, sino que está escalando la producción y eso permite una seguidilla de vuelos. Hubo vuelos el 22 de marzo, el 26, el 28, el 30 y posiblemente el 2 de abril a la madrugada. Pero, además, la versión es que el avión que llega este jueves traería una dotación mayor de vacunas.
Nada fue fácil ni es sencillo en el mundo de las vacunas. No sólo hay que conseguir dosis, sino también cajas y los elementos para garantizar la conservación a 20 grados bajo cero de la Sputnik V. Esto implica una operatoria compleja: en los vuelos desde Moscú, la mayor parte de las cajas de Sputnik V no pueden ir apiladas en el Airbus de Aerolíneas Argentinas –está prohibido por las autoridades rusas– lo que explica que se puede traer sólo la mitad de las dosis, comparando esos embarques con los de otras vacunas. Las de Sinopharm pueden venir en la bodega de un avión y lo mismo las de Oxford/AstraZéneca porque no requieren de esa cadena de frío.
El viaje a China, con arribo este jueves, trae buenas y no tan buenas noticias. Por lo pronto, viene el primer millón de los tres que firmó el gobierno nacional con Sinopharm. El dato es más que importante porque ahora la vacuna china está autorizada para la aplicación a mayores de 60 y la prioridad del Ministerio de Salud es inmunizar cuanto antes a la población de riesgo que es la de adultos mayores. Todos los distritos están acelerando la vacunación en esa franja etaria.
Sin embargo, la noticia no tan buena que llega de China es que se está demorando el envío de los 2 millones restantes ya firmados. Había expectativa en que dos nuevos vuelos volverían con la totalidad contratada en los próximos días, pero parece que esa operación está demorada y empieza a haber alguna restricción de las autoridades chinas. Fuentes de la Casa Rosada dicen que las vacunas vendrán en «en un plazo razonable», lo que se interpreta como que estarán en Ezeiza en una o dos semanas.
El Gobierno ahora está tratando de extender el acuerdo. Algunos daban por seguro que se llegaría a 7 millones, pero no hay nada concretado. Las negociaciones con el gigante de Oriente nunca fueron fáciles. En el medio apareció Emiratos Árabes Unidos que, según parece, podría aportar dosis de Sinopharm que ya compró a través de un fondo de inversión y, por el otro lado, la monarquía de EAU mediaría con Pekín para que no se demore la remesa pendiente y se amplíen los acuerdos.
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